«El lápiz, 250 años dibujando»
El dibujo ha sido, con toda probabilidad, la asignatura que de manera ininterrumpida se ha impartido en la Escuela de Artes y Oficios a lo largo de dos siglos y medio. Desde sus orígenes, se consideró que en la formación artística y técnica de los futuros obreros era esencial adquirir los conocimientos y destrezas necesarios en el manejo del lápiz para su desarrollo profesional. Esta convicción se mantuvo firme a lo largo de los siglos XIX y XX. Pero la enseñanza del dibujo no se dirigió únicamente a quienes se preparaban para el trabajo manual, sino también a aquellos jóvenes que, compartiendo pupitre o caballete, encontraron en el arte su principal motivación.
A lo largo del tiempo, el enfoque de la enseñanza del dibujo ha experimentado diversas transformaciones. Durante muchos años predominó una orientación de corte academicista, que estructuraba la formación en tres grandes bloques: Dibujo de Adorno, Dibujo de Figura y Dibujo de Arquitectura. Con la llegada del siglo XX, comenzaron a incorporarse enfoques más experimentales, ampliando tanto los conceptos como las metodologías, y abriendo paso a una enseñanza más abierta y contemporánea.
homenaje al lápiz y al Dibujo
Como cierre a los actos conmemorativos del 250 aniversario, proponemos un proyecto expositivo participativo, desarrollado por el alumnado de la Escuela, que rinda homenaje al lápiz como herramienta imprescindible. Con él, estudiantes y profesores han podido —y continúan pudiendo— plasmar ideas, diseñar obras, representar la realidad, dar forma al imaginario, tomar apuntes o canalizar la expresión y el pensamiento.
Al mismo tiempo, se reivindica el dibujo como manifestación esencial de todo ello.
La exposición «El lápiz, 250 años dibujando» consta de dos partes:
- Por un lado, una instalación colectiva creada a partir de los lapiceros donados por el alumnado, que se convertirán en elementos generadores de ritmos sobre tres placas diseñadas a partir de la planta de los tres edificios que han albergado la sede de la Escuela a lo largo de su historia: el palacio Escoriaza-Esquivel, cuando fue Escuela de Dibujo; el edificio del Campillo, durante su etapa como Academia de Dibujo y el actual edificio de la Escuela de Artes y Oficios.
Esta intervención busca construir un puente visual y conceptual entre el espacio físico de la Escuela y el paso del tiempo, usando el lápiz como símbolo de continuidad, memoria y creatividad compartida.
- Por otro lado, una muestra histórico-documental que recorrerá la trayectoria del Dibujo en la Escuela a lo largo de sus 250 años de existencia, a través de ejercicios académicos, fotografías de la época y material didáctico.
