PLEIN AIR

Vamos a abordar el dibujo de espacios al “aire libre”, salir al parque más cercano y disfrutar representando lo que nos atraiga del mismo.

Os sugiero una serie de estrategias. Están ordenadas, pero no siempre siguen ese desarrollo y, en ocasiones, se superponen en el mismo momento.

  1. Encuadrar. Definir los límites tanto de mi papel como del visor mental que delimita lo que me interesa representar. Os sugiero marcar los límites y, a ser posible, no hacer trampas.
  2. Buscar protagonista. Cuando nos detenernos frente a un espacio es porque un elemento nos ha llamado poderosamente la atención. Es importante identificarlo y no olvidar nunca su jerarquía.
  3. Componer. Sabemos cuáles son los puntos de mayor interés de una hoja, la fuerza de las líneas, dónde colocar los elementos en base a su importancia.
  4. Escalar los elementos. Cuando nos concentramos en algo, éste se magnifica y, por lo tanto, tendemos a agrandarlo. Es importante no perder de vista la relación de tamaño entre los diferentes elementos.
  5. Atención al detalle. Ligado a lo anterior, nos concentraremos en elementos o áreas diferentes y definiremos el nivel de detalle según jerarquía. Lo más oscuro o nítido será más importante.
  6. Buscar volúmenes. Simplificad los elementos a formas sencillas (no siempre geométricas) y “pensadlas en tres dimensiones.
  7. Sombrear, buscar luz. Es vital mantener una lógica lumínica. No siempre es evidente por lo que os sugiero que os fijéis donde está la luz y construyáis las sombras en consecuencia (sean o no claras).
  8. Generar texturas. A través del trazo podemos sugerir materiales. Ello ayuda a comprender los espacios, reconociendo “piedra”, “hierba”, hojas”…

Recordad que lo realmente importante es disfrutar estando en los lugares de una manera mucho más intensa que paseando o atravesándolo en un coche, por ejemplo.