Desde el taller de creatividad infantil nos hemos adentrado en el laboratorio de fotografía. En ese lugar todo lo que acontece se vuelve especial, único y mágico.

La luz roja del laboratorio permite a los fotógrafos trabajar en semipenumbra sin que los papeles fotosensibles se velen . Pero… ¿qué pasa cuando dibujamos bajo el embrujo de esa luz?

Los más pequeños, de 4 y 5 años han realizado sus creaciones con rotuladores rojos y negros a plena luz, pero una vez en el laboratorio y gracias a la luz colorada, los trazos de color rojo han desaparecido y las imágenes se han vuelto invisibles.

Dibujar “a ciegas” ha sido apasionante. Utilizando la luz del laboratorio y colores rojos es imposible ver el trazo y por lo tanto se pierde el control del dibujo, dando paso a imágenes más espontáneas y expresivas.

¡Tan divertidas como la actividad han sido las caras de asombro de los niños!